lunes, 12 de abril de 2010

Crónicas de una Doctora moderna

Uno de niño se la pasa diciendo y cambiando constantemente la frase "cuandos ea grande quiero ser..." ; siendo la respuesta para más de una ocasión astronauta, policía, bailarina y pare usted de contar.
Lo que nunca me imaginé yo, fue que eso que decía de chiquita, podría cambiar tanto y luego volver a ser tan fiel a la idea original.
Como toda niña con aspiraciones de grandeza, y que cree desde pequeña que todo lo que uno quiere es posible, pnsaba que ser médico era como ser lo máximo, como tene run poder increíble de tomar a alguien que llegaba llorando y sinti´ndose mal y dejarlo como nuevo. Era como un taller para carros pero en lugar de estos, el objeto en cuestión eran personas, me parecía increíble. Luego me di cuenta de la realidad que envolvía la medicina, no todos los carros que entraban, salín, no todos lo lograban, y algunos, por más que quierias repararlos, no habia forma. Me considero y me he considerado siempr euna persona muy alegre, y esto no era compatible conmigo, así que descarté esta opción.
Luego vino la BRILLANTE idea! Comunicación Social! Quién mejor que yo para decirle al mundo todo como lo veía y dictar tendencias, sabrá Dios de qué, yo sólo sabía que era, como quien dice, LO MÍO! No sólo había decidido que encontraba mi razón de ser, sino que además descucría que la publicidad (INTELIGENTE) era lo que más me interesaba. De nuevo la realidad atacó y me fui fijando que en países como Estados Unidos, prender la televisón es esperar los comerciales para ENTRETENERSE y ver calidad de creatividad, mientras que aquí...pues la cosa era muy distinta, un patrón se repetía, la "cosificación de la mujer y del sexo" para vender productos, que la inteligencia se enfocaba en otra scabezas y otros cerebros distintos a los que yo me imaginaba que queríamos enfocarnos. De nuevo, me desesncanté.
Vino la confusión, pasando de abogado, a biólogo, y de arquitecto a estudios liberales, sólo un patrón se repetía, una tendencia opuesta totalmente siempre entre lo humanista y lo científico. Y es que así soy yo, me considero un mezclote de tantas tendencias que no donde encasillarme, sólo sé que tenía que escoger. ( Planteo entonces algo que he dicho más de una vez y que considero debo repetir, "La escogencia de carrera es una decisión muy determinante , que tomamos a muy temprana edad, con poca experiencia y a veces por razones equivocadas, y es una decisión que nos determinará, no a todos, pero sí a la mayoría, por el resto de nuestras vidas...")
Entonces llegué a esa encrucijada, donde todos hemos estado, con oportunidades sobre la mesa, todos mis sueños y aspiraciones de la infancia estaban ahí. Ser la gran comunicadora social y enseñar a la gente que SÍ se puede vender sin vendernos, ser médico y estar rodeada de pacientes enfermos que no siempre lo logran , ser biólogo (sabrá Dios qué sería lo que buscaba por ahí) y ser mamá, o sencillamente, no ser nadie. Insisto, muy joven e inmadura.
Aunque poca gente lo admita, yo debo decirlo sin que me quede nada por dentro, escogí basándome en aspiraciones de grandeza. Buscando que mi ambición fuera saciada a toda costa. Pensando en eso estudié por las razones equivocadas , algo que al final del cuento, era lo que siempre había sido para mí.
Escogí entonces una carrera sacrificada, una carrera donde la ciencia y lo humano se unen perfectamente, una carrera donde tu vida y la de los otros termina volviéndose una sola. Una carrera, donde, no podía estar más equivocada, son mayores las gratificaciones que las decepciones. Una carrera donde el cuerpo humano es un templo de sabiduría y bienestar y a veces un campo de guerra, a veces un último recipiente de un alma que se niega a quedarse y que, no a veces sino siempre, sencillamente es un libro abierto.
Hoy en día soy médico, me lleno a diario la cabeza de experiencias de otros, de malestares, de preocupaciones y los lleno a ellos de esa alegría que dije que siento me caracteriza. Siento que llego a mi casa a diario contenta, como que con un peso quitado de encima, como que hoy valió la pena, al menos a alguien ayudé.
Confucio dijo "Escoge una carrera que ames y jamás en tu vida tendrás que trabajar", considero que soy médico, no es profesión, es meramente vocación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario