viernes, 9 de julio de 2010

CRÓNICAS DE UNA DOCTORA MODERNA III

Ha pasado algo de tiempo entre la última crónica y esta. En verdad el tiempo se ha tornado imposible en esta vida que al principio no entndí muy bien por qué la llamaban de "sacrificios" hasta que me di cuenta que mi afán por ahorrar todo lo posible me había convertido en esclava del trabajo y abandoné lo más importante que tengo.... a MÍ.
Escribo hoy porque recientemente intenté desesperadamente retomar mi vida social. On a personal note: No se vale hacerlo con cualquier instrumento a la mano, si se quiere retomar, no se debe REPETIR lo ya vivido, sino abrir nuevos caminos, rellenar página snuevas y no escribir sobre viejas historias, que si nadie las lee o no fueron best sellers es porque no eran lo suficientemente interesantes o no tenían lo necesario para trinfar. En fin, retomando, fui a una reunión de esas donde llegas como por casualidad, y conocí gente nueva otras viejas conocidas que preferiría olvidar /en este caso la casualidad jugó en mi contra).
A pesar de haber llegado a un ambiente levem,ente hostil trate de mantener la cabeza puesta y nod ejarme llevar por sensibilerías, total, la gente cambia y tal vez si le daba chance a la oportunidad, podría resultar ser buena. No podía haberme equivocado más...
Para hacer el cuento corto, conocí una prsona que se llena la boca y se jacta de ser una borracha, contando sus aventyras bajo efectos del alcohol como algo tonto pero permitido sólo porque estaba borracha. Sinceramente, estar desnuda en el sofá de una casa ajena y que la maá de tu amiga te encuentre en esa facha, noe s nada que te debe hacer sentir orgullosa y mucho menos da risa, hace que la gente se BURLE de ti. Si queda muy difícil de entender quello de "Más vale caer en gracia que ser gracioso" , no es lo mismo que la gente se ría contigo que se ría de ti. SHE HAD IT ALL WRONG. Anyhow, esta personita, que sencillamente me da un poco de tristeza lo desorientada que está en la vida, quiso catalogar a los médicos en gneral en base a su propia experiencia personal, diciendo algo como " Todos los médicos son persona smuy frías, ven tanto sufrimiento y problemas que se vuelven cerradas. Mi papá y mi mamá son médicos y en mi casa la gente no es afectiva, no nos abrazamos nis nos decimos que nos queremos". Y ahí me dió en la tecla...
Veamos, es una REALIDAD que el médico no trabaja con aspectos abstractos de la vida cotidiana como un ingeniero, economista o afín, trabajamos con personas, emociones, nuestra materia prima es el dolor o molestia, malestar de otra persona, pero lo bello es que podemos tranformalo en algo positivo y curar. De ahí la belleza del arte y la sensibilidad d ela misma! Qué más sensible que la medicina!? Y ahí d enuevo me dí cuent que sólo el que ha vivido algo y conoce algo pued ehablar de eso con propiedad. Esa niña sensillamente ha tenido un par de padres fríos. La medicina no tiene nada que ver con eso.
El médico si aprende a no llevarse los problemas a la casa, pero eventualmente no se desliga de todos, siempre se queda eso por dentro, la necesidad de ayudar a los que no tienen y buscar hacer todo lo que está a su alcance. Al final del dia somos humanos y nos identificamos con el sufrimiento ajeno, sabemos que no podemos solucionar todo, pero es parte de la sociedad en la que vivimos, donde al médico se le ha otorgado una especie de manto de superhéroe que todo lo puede. Como he dicho en mis crónicas anteriores, sufrimos y nos cansamos igual que todos...
En fin, esta persona trató de dicutirme y refurtarme diciéndome que era muy jóven todavía y que ya me vería en 10 años. Other personal note: espero no verla más nunca...Pero pensando en frío, qué sabe ella de mi? Qué sabe cómo manejo las emociones? Qué sabe cómo trato a mis pacientes? Qué sabe ella lo sentimental que soy y lo mucho que em gusta abrazar y que me abracen.? En fin, quedé pensando... sé que mi vida es distinta, sé que mi calidad humana dá para ser mejor cada día y no volverme de piedra. Se que el sufrimiento humano es real, pero que también es real la ayuda que se puede dar. Sé que una palabra de aliento y un sencillo abrazo hacen más que mil tratamientos médicos químicos juntos. Sé que la medicina so es sólo libros, es ser humano, es saber sentir y saber entender. Y sé que si esa niña , tan equivocada, no se equivoca, prefiero dejar de ser médico, a ser un ser humano frío, mercantilista y tan equivocada como ella y sus papás.

martes, 4 de mayo de 2010

Crónicas de una Doctora Moderna , Toma II


Entonces empieza otro día en el consultorio. Llegas tarde, como de costumbre, no por aquel mal hábito de los médicos de hacer esperar a sus pacientes, sino porque vives en una ciudad donde el tráfico es todo los días tan impredecible como qué tendrán tus pacientes hoy! Pero llegas, contenta y les das una sonrisa a todos, los atiendes uno por uno, dejando que su historia sea la que te explique todo. Has aprendido que verlos implica ver caras, historias, identificarte, sentir lo que sienten y entender que un 80% necesitan ser escuchados y a veces hasta necesitan un abrazo o soltar una lagrimita. Hoy no es distinto, los pacientes entran enfermos y salen con mejor semblante, al menos con un poco el alma curada y un recipito para lo que el cuerpo requiera.
Pero hoy algo es distinto. La sonrisa está cansada y te ha costado seguir las historias. La doctora se da cuenta que a pesar de su mente abierta y su modernidad, hoy no está en pleno uso de sus facultades. Cansada, admites que estás sintiéndose mal, aunque no te haces la idea de estar enferma aún. Los médicos no se enferman, eso dicen. Pues todos menos yo!
Así empezó la MALA RACHA...Trabajo todos los días 9 horas corridas, con un descansito de 20 minutos que me tomo a plena carrera entre un trabajo y el otro para comerme lo primero que se me ocurra en el camino, razón por la cual, empezó un día con malestar estomacal que terminó en diagnóstico de amibiasis, pero como creo que soy de acero , me fui esa noche a hacer mi guardia, que es cada 6 días (como si ya no trabajara suficiente). Atendí mis miles de pacientes,todos de buena gana, me despertaron a mitad de la noche, dormí dos horas y me levanté para irme directo a trabajar. Pero el cuerpo es más sabio y sabe pasar factura. Un par de días después empezaron a salir leves punticos rojos en mi abdomen a los que no les prestaba particular atención, pero me di cuenta que cada día eran más y que me sentía particularmente cansada, como si hubiera corrido un maratón. Pero como dicen siempre, "El show debe continuar" y mi vida no da chance a pausas.
Luego de dos días de puntos rojos que aumentaban y el cansancio horroroso, decidí consultar con una doctora d eun poco más experiencia. Y su diagnóstico fue increíble. RUBEOLA. Enfermedad que hasta donde yo tenía entendido, estaba erradicada, pero como les digo, mi cuerpo estaba mandando las señales y no las escuchaba, así que decidió irse por todo lo alto. Y así fue como me dieron REPOSO, jaja , aquella palabra que no cuadraba en mi horario apurado y sin descanso.
Desde hace 6 días estoy en lo que yo llamo casa por cárcel, pero ha sido agradable dormir y descansar. Suficientes unos punticos infectocontagiosos para darme cuenta que estoy exigiéndole a mi cuerpo un poco más de lo que debo. Hace falta de vez en cuando parar a analizar la situación y ver si todo está valiendo la pena como para poner en riesgo la salud.
Confirmo entonces que los MÉDICOS SI SE ENFERMAN. Sufrimos como todos, sólo que lo hacemos con cara de póker y mucho estilo, pero cuando los cuerpos de acero de los médicos se agotan, lo hacen por todo lo alto. Hay que ser humildes y saber que por muy médicos y muy modernos que seamos, seguimos siendo humanos y la vida no se vive a control remoto, sino un minuto a la vez. Lo importante es esto... por querer salvar a todo el mundo, se nos olvida que a veces necesitamos ser salvados también. Pero no se preocupen...mi cuerpo ya sabe como desquitarse!

lunes, 12 de abril de 2010

Crónicas de una Doctora moderna

Uno de niño se la pasa diciendo y cambiando constantemente la frase "cuandos ea grande quiero ser..." ; siendo la respuesta para más de una ocasión astronauta, policía, bailarina y pare usted de contar.
Lo que nunca me imaginé yo, fue que eso que decía de chiquita, podría cambiar tanto y luego volver a ser tan fiel a la idea original.
Como toda niña con aspiraciones de grandeza, y que cree desde pequeña que todo lo que uno quiere es posible, pnsaba que ser médico era como ser lo máximo, como tene run poder increíble de tomar a alguien que llegaba llorando y sinti´ndose mal y dejarlo como nuevo. Era como un taller para carros pero en lugar de estos, el objeto en cuestión eran personas, me parecía increíble. Luego me di cuenta de la realidad que envolvía la medicina, no todos los carros que entraban, salín, no todos lo lograban, y algunos, por más que quierias repararlos, no habia forma. Me considero y me he considerado siempr euna persona muy alegre, y esto no era compatible conmigo, así que descarté esta opción.
Luego vino la BRILLANTE idea! Comunicación Social! Quién mejor que yo para decirle al mundo todo como lo veía y dictar tendencias, sabrá Dios de qué, yo sólo sabía que era, como quien dice, LO MÍO! No sólo había decidido que encontraba mi razón de ser, sino que además descucría que la publicidad (INTELIGENTE) era lo que más me interesaba. De nuevo la realidad atacó y me fui fijando que en países como Estados Unidos, prender la televisón es esperar los comerciales para ENTRETENERSE y ver calidad de creatividad, mientras que aquí...pues la cosa era muy distinta, un patrón se repetía, la "cosificación de la mujer y del sexo" para vender productos, que la inteligencia se enfocaba en otra scabezas y otros cerebros distintos a los que yo me imaginaba que queríamos enfocarnos. De nuevo, me desesncanté.
Vino la confusión, pasando de abogado, a biólogo, y de arquitecto a estudios liberales, sólo un patrón se repetía, una tendencia opuesta totalmente siempre entre lo humanista y lo científico. Y es que así soy yo, me considero un mezclote de tantas tendencias que no donde encasillarme, sólo sé que tenía que escoger. ( Planteo entonces algo que he dicho más de una vez y que considero debo repetir, "La escogencia de carrera es una decisión muy determinante , que tomamos a muy temprana edad, con poca experiencia y a veces por razones equivocadas, y es una decisión que nos determinará, no a todos, pero sí a la mayoría, por el resto de nuestras vidas...")
Entonces llegué a esa encrucijada, donde todos hemos estado, con oportunidades sobre la mesa, todos mis sueños y aspiraciones de la infancia estaban ahí. Ser la gran comunicadora social y enseñar a la gente que SÍ se puede vender sin vendernos, ser médico y estar rodeada de pacientes enfermos que no siempre lo logran , ser biólogo (sabrá Dios qué sería lo que buscaba por ahí) y ser mamá, o sencillamente, no ser nadie. Insisto, muy joven e inmadura.
Aunque poca gente lo admita, yo debo decirlo sin que me quede nada por dentro, escogí basándome en aspiraciones de grandeza. Buscando que mi ambición fuera saciada a toda costa. Pensando en eso estudié por las razones equivocadas , algo que al final del cuento, era lo que siempre había sido para mí.
Escogí entonces una carrera sacrificada, una carrera donde la ciencia y lo humano se unen perfectamente, una carrera donde tu vida y la de los otros termina volviéndose una sola. Una carrera, donde, no podía estar más equivocada, son mayores las gratificaciones que las decepciones. Una carrera donde el cuerpo humano es un templo de sabiduría y bienestar y a veces un campo de guerra, a veces un último recipiente de un alma que se niega a quedarse y que, no a veces sino siempre, sencillamente es un libro abierto.
Hoy en día soy médico, me lleno a diario la cabeza de experiencias de otros, de malestares, de preocupaciones y los lleno a ellos de esa alegría que dije que siento me caracteriza. Siento que llego a mi casa a diario contenta, como que con un peso quitado de encima, como que hoy valió la pena, al menos a alguien ayudé.
Confucio dijo "Escoge una carrera que ames y jamás en tu vida tendrás que trabajar", considero que soy médico, no es profesión, es meramente vocación.

sábado, 10 de abril de 2010

Kilómetros,,,

Entonces, llego y me consigo de nuevo sola, teniendo una relación básicamente con mi celular y mi computadora...No, no es que esté loca, es que DE NUEVO, me encuentro esperando el mensaje diario donde se reportan a distancia a decirme que aún a kilómetros de distancia el cariño sigue vivo, que no se ha congelado, que no se ha derretido del calor, que el cambio de horario no lo ha afectado y que me quieren.
Todos buscamos a diario la felicidad, ya sea trabajando como burros, robando, engañando, siendo los mejores en lo que hacemos, pero somos seres sociales, y al final, lo que todos queremos es ser queridos.
Nacemos y lloramos, y nuestra mamá nos quiere. Estudiamos y nuestra maestra nos quiere. Hacemos amigos... y ellos también nos quieren. Nos enamoramos....y nos sentimos en el non plus ultra del cariño. Tenemos hijos, y ellos nos quieren. Los importante de todo es que es siempre cariño recíproco. Y de eso se trata la vida, de conseguir ese punto que te complementa.
Mi problema, es que, he conocido pocos hombres que me han parecido perfectos para mi, ese complemento del cariño ideal, pero todos se los ha llevado la distancia, y las historias no han tenido finales felices.
Hoy me despierto y siento miles de cosas... siento de todo bonito, y siento ganas de verlo, pero no está. Por mi celular lo encuentro, y lo veo por mi computadora. Pero cómo hace falta tener esa proximidad, tener ganas de un abrazo y recibirlo, un beso y que te lo correspondan...
Teniendo el antecedente de golpes duros a distancia (si vienen de miles de kilómetros pegan fuerte, lo juro), me encuentro de nuevo en una situación donde el miedo se apodera de todo. Pero de nuevo recuerdo algo que alguna vez me dijeron, NINGUNA HISTORIA ES IGUAL A OTRA. Entonces me decidí a armarme de valor y paciencia, porque hay historias que vale la pena vivir y mejor aún, contar.
Por esto, me lanzo al agua y espero. Al final del día mejor intentrarlo que morir con la duda del "What if?", como dicen, lo que no te mata, te hace fuerte. Vale la pena, esta vez si.